Ayudan a resolver problemas de comunicación familiar, culpa, ansiedad, estrés, obsesiones, irritabilidad, ánimo depresivo, fobias, baja autoestima, inseguridad, insatisfacción de pareja y duelos no resueltos. Desarrolla capacidades y talentos. En niños, resuelve problemas de timidez y vergüenza, celos, desobediencias, miedos, impulsividad, berrinches y problemas de conducta.